Dicen que el siete es el número de la buena suerte y es justo hace siete años cuando empezó todo, en una oficina caótica en la que nunca sabíamos a donde se nos iban los papeles, donde siempre pasaba "lo que nos temíamos", y donde la mayoría de los días nos costaba aguantar las lágrimas (y la risa).
Pero no todo era malo, estábamos convencidas de que la vida nos había puesto en el mismo sitio a la vez para salvarnos la una a la otra. Creamos nuestro propio Caribe, una silla con una planta enorme al lado que cuando nos sentábamos en ella, por unos segundos, el caos no era para tanto. Y si no era suficiente, bailábamos como si no hubiese un mañana o nos poníamos a recordar las miles de anécdotas que nos pasaban cada día para tener risas aseguradas.
Somos muy parecidas pero también somos muy diferentes. Por un lado Iria, la responsable, ahorradora, la de los pies en la tierra, ordenada y organizada que hiperventila si algo se sale del plan.
Por otro lado Lidia, la alocada, la derrochadora, la del día a día, la de la cabeza en el cielo y la del vamos a ver que pasa y si eso ya solucionamos.
También tenemos muchas cosas en común. Nos encanta reírnos hasta llorar y de la nada creamos una anécdota para toda la vida. Nos encanta nuestra terriña, Galicia, la naturaleza, el mar, la playa, sentir la arena en los pies y el salitre en los labios, y unido a nuestro amor por la moda nació Salitre joyas.
Nosotras podemos decir que volver a trabajar juntas nos hace más ilusión que nunca, pero el resto de la historia la tendremos que escribir juntos....